¿Eres consciente de la responsabilidad que supone elegir con quién compartes tu energía más íntima?.
Todo encuentro íntimo con una persona te une de una forma especial con ella.
Las energías y las almas se entrelazan y cuanto más profunda sea esa conexión más se comparte y se intercambia energía con esa persona.
Las relaciones sentimentales implican un intercambio de energía muy fuerte entre los seres humanos.
El contacto físico y sexual, además, implica el intercambio de información sensorial, datos químicos y hormonales, vibraciones, sensaciones que percibimos de forma consciente e inconsciente, y por supuesto de energía.
Además, cuando intimas con una persona, tu cuerpo no solo intercambia información y energía con ella, sino también con las personas con las que a su vez ella la intercambió antes.
Cuando nos relacionamos con una persona, sus siete chakras conectan con los nuestros. El más receptivo es el corazón. En las relaciones románticas y en la intimidad, el contacto y el intercambio entre los chakras es mucho más profundo.
Cuánto más cercana e íntima es nuestra relación con una persona, los "hilos invisibles" que se forman con ella son más fuertes y transmiten más energía.
En las relaciones sexuales, se forma otro lazo, muy íntimo y cercano, que no tiene que ver con que la relación esté acompañada o no de sentimientos; porque el cuerpo en sí mismo da y recibe energía, y la mente percibe cosas, aunque no nos detengamos a reflexionar sobre ellas.
Si estás con una persona que no realiza ninguna limpieza interna a su ser y si además esta persona ha estado con muchas otras y tampoco ha limpiado lo que las demás han dejado en ella, no sólo estarás adquiriendo parte de su carga energética sino que también estarás tomando parte de las energías de las demás personas que intimaron con ella.
Antes de intimar con una persona recuerda la frase que da título a este comentario: “Duerme con alguien que desearías ser”.
Cuando unimos las auras con alguien, aunque haya sido una vez en la vida, juntamos karmas, energía, luz, vibración, conocimiento, y damos también vía libre a larvas (vampiros energéticos que se nos plasman) o a entidades negativas como los íncubos o súcubos, por citar solamente algunos de los muchos entes del bajo astral.
El aura tiene de por sí una defensa natural, como la tiene la piel, que además es lo que le permite separar energéticamente un cuerpo áurico de otro, aunque estén en contacto; en el metro o bus, por ejemplo, donde casi siempre vamos todos apretados, las auras se tocan, pero debido a esta cualidad intrínseca defensiva, nunca se mezclan.
En el acto sexual lo que se persigue es lo contrario: la unión; las defensas bajan, las auras de las dos personas se fusionan y la energía se mezcla.
Cuando las dos personas se separan, cada uno tiene algo de energía del otro, con lo que eso conlleva. Si ninguno de los dos tenía porquería pero practican sexo sin amor, la lujuria perturba sus energías y puede generarse suciedad en las auras. Si la otra persona es lujuriosa y lleva hasta el extremo su lujuria, ni siquiera podrá tener una relación sexual placentera porque todo le sabrá a poco.
El sexo es un poderoso vehículo muy elevado, espiritual, diseñado para recordar el momento de la Creación, y despierta las mismas fuerzas primarias creadoras. Una energía tan potente es como un faro enorme de luz. Movida por la lujuria, esta luz se distorsiona y puede atraer entes de energía perturbada.
El Amor, sin embargo, supone una entrada de la energía más elevada, y hace que la relación entre dos personas tan sólo atraiga bendiciones, estén protegidos y evita la distorsión energética.
La unión energética dura siete años, a partir de la última relación sexual, siete largos años en que el lazo no se rompe, y en que seguimos unidos de forma energética y kármica con todo aquel con quien hemos compartido nuestro cuerpo energético.
Además de que se complica cuando la cadena es grande.
Cuando unimos nuestra energía de este modo, también damos nuestro poder y vibración de vida a la otra persona, creando lo que antiguamente llamaban puentes de poder o lazos kármicos.
Durante el sexo, energéticamente pasan cosas que van más allá de nuestra capacidad de comprensión, y se crean lazos energéticos que nos unen a esa persona con la que estuvimos, al menos hasta que seamos conscientes de ellos y logremos cortarlos.
Los lazos energéticos tienen un aspecto positivo y uno negativo: el positivo es que, cuando amamos a una persona, esa conexión nos llena de su amor y le transmite el nuestro. La negativa es que, cuando una relación ha terminado pero seguimos unidos, ese vínculo energético nos perjudica y se vuelve una carga pesada que se debe cortar.
MEDITACIÓN Y VISUALIZACIÓN PARA CORTAR LOS LAZOS ENERGÉTICOS
Una de las formas de cortar un lazo energético y liberar nuestro cuerpo y alma de la energía de la o las personas con las que tuvimos una relación y ya no la tenemos es mediante una meditación y visualización.
Puedes seguir estos sencillos pasos:
🌟Siéntate en una postura muy cómoda, pero que no te de sueño.
🌟Respira conscientemente varias veces hasta sentirte relajado.
🌟Cuando estés sereno, visualiza el canal central que recorre todos tus chakras y que une también el cielo y la tierra.
🌟Imagina cómo la energía del cielo y de la tierra llegan a tu chakra corazón cuando respiras.
🌟Visusliza como la luz rompe las barreras y sale hacia afuera de tu cuerpo.
🌟Rodeado de luz, empieza a hacer contacto con la persona con la que vas a cortar un lazo.
🌟Recuerda que es un ser de luz maravilloso; pero que lo que vas a hacer ahora es parte de tu camino de evolución personal.
🌟Si tienes algo que perdonarle, perdónalo. No dejes que ninguna acción del pasado te perjudique.
🌟Visualiza tus chakras y los suyos: observa los lazos que hay entre ellos, siente la conexión.
🌟Imagina unas tijeras energéticas. Con ellas, ve cortando cada uno de los lazos. Cuando hagas los cortes, afirma: "corto este lazo con (di su nombre)".
🌟 Luego de cortar los lazos, afirma: "no te permito que vulvas a engancharte a mí". Así impides que la otra persona pueda volver a crear lazos contigo.
🌟 Despídete de él o ella, deseándole lo mejor en su camino y evolución.
Observa cómo estás libre y en paz.
Es posible que tengas que repetir la meditación si los lazos son muy fuertes. Siéntete libre de hacerlo. Además, debes asegurarte de que no te quede ninguna negatividad hacia la otra persona antes de cortar los lazos. Si no sanas esa relación, seguirás sufriendo, por más lazos que intentes cortar.
Algunas personas se sienten mejor con la meditación y ya tienen experiencia con ella, pero a otros les resulta difícil o no pueden despejar sus mentes de otros pensamientos.
En esos casos, puede ser útil hacer un "pequeño ritual", que también es una forma de meditación, pero resulta más simbólico y concreto.
🌟Piensa en todas las parejas sexuales que haz tenido, pronuncia sus nombres uno a uno.
🌟Si no lo sabes o no lo recuerdas, visualízalos.
🌟Mientras lo haces, realiza en un hilo rojo un nudo por cada persona.
🌟Repite: "Nada de ti en mí, nada de mí en tí. Gracias. Paz."
👉Tienes que tener la intención honesta de quedar en paz con esa persona.
🌟Enciende una vela blanca, siéntate frente a ella.
🌟Ofrece de corazón un pensamiento generoso por la salud y liberación espiritual de cada una de las personas que acabas de nombrar, y quema el hilo.
🌟Permanece unos minutos meditando y luego apaga la vela.
Recoge los restos de hilo, y no los guardes.
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